TEATRO
- Cuando había granadas en noviembre, obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda, se presenta en el Teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque
El montaje, a cargo del reconocido director Mario
Espinosa, cuenta con las actuaciones de Leticia Huijara y Raúl Briones, diseño
escénico de Ángel Ancona, vestuario de Carlo Demichelis y diseño sonoro de
Alejandro Giacomán
Cuando había
granadas en noviembre parte de la práctica delictiva del secuestro, doloroso
fenómeno social en el México contemporáneo, para hablar de otros secuestros: el
de la expresividad afectiva, el de la memoria, el de la esperanza.
Cuando había
granadas en noviembre, obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia
Víctor Hugo Rascón Banda 2014 y publicada en coedición por Conaculta y la
Universidad Autónoma de Nuevo León, tendrá su temporada del 15 de octubre al 18
de diciembre en el Teatro El
Galeón del Centro Cultural del Bosque de la Ciudad de México, los jueves y viernes a las 20 horas, sábados a
las 19 horas y domingos a las 18 horas.
Cuando había
granadas en noviembre, escrita por Leticia Huijara, visibiliza una de las
realidades delictivas más dolorosas del México contemporáneo: la “industria”
del secuestro, práctica del crimen organizado que ha hecho vivir situaciones
desgarradoras a muchas familias y que se revela síntoma de los problemas
económicos, sociales y culturales que lastran nuestro país. Sin embargo, el
texto trasciende la mera denuncia social para hacer una exploración universal
de la imposibilidad de comunicarse con ese otro del que nos separan barreras
culturales y de clase, limitaciones del entorno socioeconómico, historias de
vida, el peso del pasado, la recurrencia de la mentira y las dificultades que
tenemos para confiar.
En el montaje, una mujer (Huijara) visita la cárcel para
entrevistar a un hombre (Briones) acusado de complicidad en un secuestro y
asesinato. Ella ha prometido pagar por
esas sesiones para que la esposa y la hija del condenado puedan irse del país.
A cambio, sin embargo, la mujer quiere conocer –casi con desesperación– los
detalles de la convivencia del reo con el hombre al que secuestró. El
sentenciado se rebela ante el morbo de su entrevistadora. Durante el tiempo que
duran estas visitas, se desarrolla una tensa y complicada relación que llevará
a cada uno de los personajes a desnudar sus personalidades, reencontrarse con
sus respectivas pérdidas y a reconocerse como víctimas de un país en el que la
violencia extrema ha salido del ámbito criminal para invadir la intimidad de
todos lo que lo habitamos.
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