CINE
- Compuesto por una selección de 15 películas de patrimonio y contemporáneas a partir del martes 11 de marzo en la Cineteca Nacional México (Xoco)
En el marco del Mes de la Francofonía y con el ánimo de celebrar el multilingüismo, del 11 al 25 de marzo, la Cineteca Nacional México (Xoco) propone el Ciclo de Cine Africano Subsahariano. Gracias al apoyo de la Cinémathèque Afrique, el Institut Français y el Instituto Francés de América Latina se podrá disfrutar una selección de 15 películas, incluyendo clásicos en versión restaurada como ¡Entre tú y yo, Francia! de Désiré Ecare y La vida es bella de Mweze Ngangura y Benoit Lamy, al igual que documentales contemporáneos como El espectro de Boko Haram de Cyrielle Raingou. Y, por supuesto, las obras cumbre de Ousmane Sembene e Idrissa Ouedraogo, los grandes maestros del cine.
LAS CINEMATOGRAFÍAS DE ÁFRICA SUBSAHARIANA
Guadalupe Arensburg
Extractos de un capítulo del libro Cinematografías de África.
Un encuentro con sus protagonistas
Ed. Casa África, Las Palmas de Gran Canaria, mayo de 2010
El cine africano es el más joven de todas las cinematografías del mundo, y no nace verdaderamente hasta 1955, con el comienzo de las independencias. La primera generación de cineastas africanos nace de una voluntad implacable de desarrollar una identidad de las culturas nacionales y con un profundo deseo de dar testimonio de las mismas, con el objetivo de rechazar la imagen que de ellos había dado el cine durante la época colonial.
En los años 60, con los movimientos panafricanistas recorriendo todo el continente, los primeros cineastas asumen un rol similar al del griot, realzando el patrimonio africano de cuentos, mitos, leyendas y tradiciones. En una sociedad de tradición oral en la que el hombre se siente totalmente vinculado con la tierra en la que vive, ligado al espacio que habita y relacionado estrechamente con la naturaleza y lo divino, el griot tiene el rol de preservar las genealogías y tradiciones orales de la tribu.
La temática principal de estas primeras películas se centra en el enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo, la tradición y la modernidad, el hombre africano y el occidental; es decir, los cambios forzados por el progreso y las dificultades para superar las limitaciones impuestas por la cultura tradicional. Los primeros años de la década de los 70 se presentan como una continuación a nivel temático y estético de los 60. Con un estilo realista y un tono de crítica social, se siguen produciendo películas que exploran las realidades sociales con el fin de crear una nueva conciencia de identidad nacional.
El verdadero cambio radical en la estética de las películas se produce a principios de los años 80, extendiéndose hasta mediados de los 90. La temática política va cediendo progresivamente lugar a la valorización de la cultura africana, examinando sus raíces e inspirándose en la tradición oral, a través de sus mitos y cuentos, para contar de otro modo África, inscribiendo generalmente las historias y temáticas en el espacio de la aldea y cuestionando al mismo tiempo los aspectos negativos de la tradición.
A partir de los años 90, el cine africano vive una situación de crisis marcada por las dificultades de financiación de las películas de autor y el cierre de salas bajo el dictado del Banco Mundial, que obliga a los países africanos a liberalizar la economía. La cultura será lo primero que se sacrifica y la mínima organización que aparecía en el cine se va diluyendo al tiempo que aumentan en los centros urbanos las salas de proyección de video. Éste se ofrece como una alternativa gracias a las ventajas económicas y técnicas del rodaje en digital, sobre todo teniendo en cuenta que la falta de financiación en África conlleva una total dependencia de Europa y que esta profunda ligazón afecta a veces al contenido de la película por la preocupación de responder al «gusto» predominante en los países del norte.
Acusados de hacer cine para el gusto occidental, destinado a los amantes del exotismo y no a su público natural, de falta de africanidad para poder acceder a las ayudas y subvenciones occidentales, de rodearse de técnicos europeos, etc., la generación postcolonial de directores renuncia durante el comienzo del siglo XXI a realizar cine africano para producir, simplemente, cine.
Te invitamos a conocer más sobre la cultura cinematográfica africana subsahariana a partir del próximo martes 11 de marzo 20:15 horas en la sala 8 de la Cineteca Nacional México.
Detalle de programación
11 de marzo: Le Mandat / Ousmane Sembene / Senegal, Francia / 1968 / 105’
12 de marzo: À nous deux, France! / Désiré Ecare / Costa de Marfil, Francia / 1970 / 50’
13 de marzo: La Chapelle / Jean-Michel Tchissoukou / República del Congo / 1979 / 84’
14 de marzo: La Vie est Belle / Mweze Ngangura y Benoit Lamy / República Democrática del Congo, Bélgica / 1987 / 83’
15 de marzo: Tabataba / Raymond Rajaonarivelo / Madagascar / 1988 / 76’
16 de marzo: Bal poussière / Henri Duparc / Costa de Marfil / 1988 / 91’
17 de marzo: Tilaï / Idrissa Ouedraogo / Burkina Faso, Francia, Suiza / 1990 / 81’
18 de marzo: Samba Traoré / Idrissa Ouedraogo / Burkina Faso / 1992 / 80’
19 de marzo: Wendemi, l’enfant du bon dieu / Pierre Yameogo / Burkina Faso / 1992 / 98’
20 de marzo: Maki’la / Machérie Ekwa / República Democrática del Congo / 2018 / 78’
21 de marzo: Nha fala / Flora Gomes / Cabo Verde / 2002 / 90’
22 de marzo: Zinder / Aïcha Macky / Níger, Francia, Mali, Alemania / 2021 / 82’
23 de marzo: Tug of War / Amil Shivji / Tanzania, Sudáfrica, Qatar, Alemania / 2021 / 92’
24 de marzo: Le Spectre de Boko Haram / Cyrielle Raingou / Camerún, Francia / 2022 / 80’
25 de marzo: Nous, étudiants ! / Rafiki Fariala / República Centroafricana / 2022 / 82’
26 de marzo: Rising Up at Night / Nelson Makengo / Bélgica, Alemania, Qatar, República Democrática del Congo, Burkina Faso / 2024 / 96’
Comentarios
Publicar un comentario