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Aquí y ahora, a pocas semanas de las elecciones leer La Silla del Águila de Carlos Fuentes es particularmente esclarecedor, además de llegar a ser como hojear el periódico del día.

En su lucha por el poder, notables personajes de la política nacional hacen pactos "en lo oscurito", mienten con descaro, roban al erario, vituperan, conspiran, corrompen y se corrompen. 

Con la maestría de uno de los mejores narradores de nuestro tiempo y con la experiencia de él mismo de haber estado muy cerca del poder, Fuentes anticipa los tiempos electorales que estamos viviendo, donde hay un presidente posiblemente enfermo, amantes, componendas, espionaje, lavado de dinero. Sin duda nuestra política es cíclica, las traiciones y el doble discurso siguen presentes.

Sobornos, marchas de estudiantes, masacres de campesinos, impunidad, elecciones presidenciales. Son algunos de los temas que Carlos Fuentes desarrolla en su novela La Silla del Águila, publicada por primera vez en 2003, cuando estrenábamos democracia y por fin había alternancia, después de siete décadas de un solo partido. Fuentes situó su novela en un cercano, ahora muy cercano, 2020.

Esta novela no sólo es la radiografía de un gabinete presidencial, es también un manual de intriga política, un mapa de coordenadas que ilustra con maquiavélicas frases nuestra vida nacional: "Sólo se puede transformar al enemigo dedicándole placas y levantándole estatuas, a condición de que haya muerto". "En política nunca anuncies, actúa". "No dejarse arrastrar por los sentimientos". 

Carlos Fuentes (1928-2012). Connotado intelectual y uno de los principales exponentes de la narrativa mexicana, su vasta obra incluye novela, cuento, teatro y ensayo. Recibió numerosos premios, entre ellos los siguientes: Premio Biblioteca Breve 1967 por Cambio de piel. Premio Xavier Villaurrutia y Premio Rómulo Gallegos por Terra Nostra. Premio Internacional Alfonso Reyes 1979. Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura 1984. Premio Cervantes 1987, Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, otorgada por el Gobierno Sandinista, 1988. Premio del Instituto Italo-Americano 1989 por Gringo viejo. Legión de Honor del Gobierno Francés, 2003. Premio Roger Caillois, 2003. Premio Real Academia Española 2004 por En esto creo. Premio Galileo 2000, Italia, 2005. Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, 2008. Premio Internacional Don Quijote de la Mancha, 2008. Gran Medalla de Verneil, 2010. Premio Internacional Fundación Cristóbal Gabarrón de las Letras 2011. Premio Formentor de las Letras 2011.

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